¿Qué se puede aprender del escándalo de Wework?

¿Qué pasará por la mente de los trabajadores y locatarios de Wework en el Perú en este momento? Hasta hace un mes la marca era sinónimo de éxito, modernidad y mucha aspiración. Seamos claros: a todos los que hemos visitado alguna vez alguna las oficinas de Wework nos ha provocado alquilar y trabajar allí pues su ambiente es estimulante por decirlo de alguna manera. Hoy, sin embargo, esta marca hace referencia a una empresa cuyo futuro es incierto. Sin perjuicio de cómo termine esta historia de escándalo empresarial, lo que está sucediendo genera una oportunidad de recordar que mientras una startup unicornio (aquellas no han salido a bolsa y ya alcanzaron el billón de dólares de valorización) esté en fase de expansión, la probabilidad de fracaso está siempre latente.

Muchas veces damos por sentado el éxito de una startup simplemente por su crecimiento acelerado, sin recordar (o saber) que todas ellas aún no son rentables pues no alcanzarán punto de equilibrio hasta varios años después. Precisamente, están en la etapa en la que su expansión es financiada bajo la promesa que en el futuro se genere un gran retorno para aquellos que apostaron en sus inicios. Por ejemplo, Airbnb o Glovo aún son consideradas startups unicornio.

Aquí un resumen del escándalo Wework, de acuerdo con el muy buen ángulo que le dio esta semana la revista Vanity Fair. Todo comenzó en setiembre de este año cuando se frustró el intento del fundador de la empresa, Adam Newmann, por listarla en la bolsa. El valor que se estimó para su salida fue de 42,000 millones de euros, la cual no estuvo acorde con la estimación de las autoridades y el mercado. Lo que vino después fue un escudriñamiento de la compañía que dio lugar a conocer que Newmann compraban inmuebles con dinero prestado por la misma empresa para luego alquilarlos a ella misma. Estas operaciones fueron del orden de los 300 millones de euros. El perfil social y las fiestas protagonizadas por Newmann pasan a ser anécdotas cuando se busca comprender por qué el fundador de una empresa tan prometedora destruye su propio valor.