La gerencia general ha muerto

En PuntoComRent acabamos de tomar una decisión que cambiará el destino de esta organización. Ya no existirá más la gerencia general como figura funcional. La hemos matado. En vez de eso haremos una gestión gerencial por zonas de impacto en los procesos claves de la organización. En ese sentido, he dejado de ser el gerente general y me he convertido en el nuevo líder de Marketing, Finanzas y Desarrollo de Talento, tres actividades con las que me siento muy identificado y que son claves para el crecimiento de la empresa. Dejo de lado cualquier tipo de función o injerencia en temas de Administración, Comercial y Operaciones. Ahora viene lo bueno: no meterme en la zona de trabajo de mis actuales compañeros gerentes. ¿Se logrará?

Un nuevo paradigma

Este tipo de liderazgo gerencial compartido no es para todas las empresas. Muchas por su propio modelo de negocio o por la industria en la que operan no podrían tener este tipo de gestión. Y eso no es malo. Lo malo es no aplicar esto cuando es posible, pues significa que el accionista no ha logrado romper paradigmas gerenciales que agregan poco valor al negocio. Pensar que dentro de la empresa no hay nadie mejor que uno es absurdo, por no decir estúpido. Lo mismo que considerar que uno es el que más debe ganar como sueldo fijo, cuando el interés debe estar puesto en la generación de utilidad sostenible en el tiempo. 

En el caso de PuntoComRent eliminar la gerencia general sí era posible por condiciones intrínsecas a la organización: tiene un modelo de negocio enfocado en calidad de servicio y un crecimiento acelerado porque la industria del renting se expande en todo el mundo. Basado en el análisis de competencias era más productivo que en lugar de estar firmando cheques o controlando la contabilidad desde la gerencia general, dedicará mucho más tiempo al marketing digital, por ejemplo.

Nuestro futuro es un reto

Mentiría si digo que tomar la decisión fue sencilla. No por ego, sino por responsabilidad. Es natural que se tema por los sueldos de todas las familias que dependen del negocio o por la reputación de la marca. Sin embargo, si la estructura de la empresa es robusta y las personas son las correctas esto no ocurrirá.

La realidad es que muchos de los líderes empresariales del mundo tienen el cargo de CEO (chief executive officer) pero en realidad no realizan esa labor como tal. Al menos no como la imaginamos. En algunos casos estos CEO son la imagen de la empresa (relaciones públicas), o son quienes desarrollan nuevos negocios (innovación), o son quienes toman las decisiones de cómo crecer (finanzas o comercial dependiendo si la expansión es inorgánica u orgánica, respectivamente). Esta historia recién comienza. En un año contaré como nos fue.

Carlo Mario Dioses
Ex-Gerente General