Esto es exactamente lo que no hay que hacer en digital

Comencé la semana con mucho optimismo, como siempre. Me sentía feliz pues tenía buenas noticias en mi empresa. A media mañana me tomo una pausa. Me sirvo un café recién pasado y decido revisar mis redes sociales.  Me aparece una noticia del diario El Comercio (al cual estoy suscrito) con un titular que menciona que el saludo del piloto del avión que trajo a la selección peruana de fútbol de vuelta al país fue tan emotivo que me darían ganas de escuchar el himno nacional. Qué bacán, me dije. Me siento con ganas de algo de patriotismo. Ingresé a la noticia y me apareció un anuncio del BBVA de varios segundos mostrándome uno de sus productos que sinceramente no recuerdo. Acto seguido vino el anunciado emotivo video, uno que a duras penas se podía escuchar, mal grabado y que no pasaba por un “gracias muchachos”. Ni emotividad ni patriotismo sentí, sino mucha frustración. 

Público ¿Objetivo?

Pensé que la estrategia de jalar visitantes con falsas promesas informativas era solo de portales de medio pelo y no de medios de comunicación serios. ¿A quién en su sano juicio se le ocurrió permitir esto en El Comercio? ¿El BBVA sabe que su marca aparece en este tipo de estrategias publicitarias de dudosa ética? ¿Qué agencia de publicidad y/o marketing está involucrada para no contratarla jamás?

Como soy público objetivo de esa campaña les dejo mi reacción, en caso les sirva: mi respeto y apego a las marcas El Comercio y BBVA ha caído sustancialmente. Ciertamente ese no era lo que buscaban, pero eso es lo que pasa cuando se usan prácticas publicitarias caducas en lugar de pensar en nuevas formas de acercar una marca a su público objetivo.

Si no funciona, déjalo ir

Las agencias de publicidad buscan poner presupuestos como sea y justiciarlos como puedan. No comparto el desgano profesional por innovar, pero al menos entiendo su motivación económica. Lo que no comprendo de ninguna manera es como las marcas vinculadas a este anuncio (la plataforma y el anunciante) se prestan a algo que ya no funciona y cuyo efecto es ciertamente negativo. Todos lo sabemos.

Esto me hizo recordar algo de Steve Jobs. Cuando él decide lanzar en 2007 el iPhone sabía claramente que ello revolucionaría la industria de celulares, pero sabía también que firmaría la sentencia de muerte de su iPod. En su biografía autorizada Jobs describe así esa decisión: “Si no lo canibalizamos nosotros alguien más lo hará”. Esa es la lección que olvidamos: no aferrarse a algo que no funciona o que pronto dejará de funcionar.